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viernes, 24 de mayo de 2013

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Respecto a los comentarios, debo admitir que hubo más participación de la que esperaba, y debo renegar pues tenía contemplado un par de gemas, o un diamante.
Se refleja claramente la ideología y la filosofía repasada en clase. Fue tarea, se hizo tarea, y el aprendizaje se dio en ese lapso, no más.

La mayoría de los comentarios recibidos me parecieron insulsos, algunos otros eran de apoyo.
Me sirvieron para alimentar los parámetros que había establecido al encasillar a cada uno de ustedes.

Tenía pensado aprovechar la entrada para apegarme a la consigna, pero debido a que todos los comentarios estaban sustentados en sí mismos, no se debatió y no se contrasto con la información. Tendré que opinar para abarcar unos renglones más.


No me gustaron comentarios para destacar, uno que otro me gusto pero me da flojera agradecerles (es decir, no me hicieron reflexionar, ya que sólo respaldaban mi texto), contestaré a quienes comenten esto, pues esto es completamente innecesario y vago, por lo que espero se sientan libres de añadir algo de su cosecha.

Como queda mucho espacio les pongo un video.



Ahora les pongo una línea horizontal



Ahora un cuento:
Había una vez un pecesito llamado Esteban, el gustaba de ir a la escuela, pues eso era lo que debía hacer.
Se divertía charlando con sus amigos, hacía su tarea y gozaba de las cosas que deben gozar los peces, al día siguiente, del día que fuera, de tarea, abrió un blog para comentar temas referentes al tiempo que está predispuesto, o bien, a la etapa que cursa porque debe cursarla.

Esteban podría quejarse, rebelarse contra el sistema, tocar guitarra en el aula o simplemente renegar del sistema (para quienes nunca entendieron, me burlaba al mencionar un "sistema", como un burdo escape para negar lo simplones que podemos llegar a ser, y para reírme de mi mismo les hablo a ustedes), pero no, Esteban en vez,compraba polvorones.

Otra línea



Así pues, Jacinto el cotorrito se derrapó por la vertiente.
Lo mejor que le ha pasado,
quedó atascado entre la visión "culta" que creen tener los simplones, y la visión "rebelde" que creen tener los hedonistas.


Leopoldo entonces se convirtió a la religión de su preferencia, siendo "bueno" entre los sumisos, y siendo un "perdedor" ante los inadaptados.



Los odio, odio que sean mediocres, y más los odio por mentirse a sí mismos.
Odio que se compliquen la vida, y vengan a desarrollar un esquema de malversación de hechos.
Odio que no busquen lo que no entienden, y se crean lectores.
Odio su soberbia, y odio su definición de soberbia para protegerse. Ineptos.
Odio su inteligencia y elitismo incongruentes.
                                                                                                                     -Juan el conejo.

Gracias por comentar, hagan algo bueno de su vida.

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